domingo, 18 de septiembre de 2016

Principio

A las nueve y cuarto, Jorge, había conseguido tener una hora completa de tiempo de ocio. La voz le había ido informando cada diez minutos del lapso que le quedaba para disfrutar de su periodo de libertad. 
La experiencia había sido incluso grata; no es que mereciese cometer un delito para emprenderla, pero nunca hubiese imaginado que ver aquel concurso y un episodio de se ha escrito un crimen fuese tan interesante. Se podía aprender sin necesidad de tener que acudir a un naranja para que le consiguiese a uno un libro. El ver a aquella señora detectivesca buscando los motivos del crimen... Tenía algo en que pensar mientras su cuerpo se movía de nuevo automáticamente. En realidad raras veces había tenido ocasión en su rutina de rojo para obtener tantos estímulos, descontando el momento en que hackeo el automovil de red iris. Aquello había puesto a prueba su resistencia a la adrenalina, pero ni siquiera los libros que había utilizado podían compararse a la televisión. En eso iba pensando mientras tras salir del cubículo, acompañado por Carlos, iba reuniéndose con todo su grupo. Salieron del hostal y se dirigieron a un autobús, salieron de la zona media y se pusieron en ruta a una zona alta mientras la voz le informaba, de que iban a encontrarse con el acompañado, los protocolos que guardarían sus cuerpos, los motivos sociales de dichos protocolos, la estructura jerárquica de la sociedad y otros datos edificantes a los que su mente no hizo ni un miserable guiño, absorta como estaba en la rememoración de cada uno de los momentos cumbre del episodio y en preguntarse cómo serían los videojuegos.
Pasada una media hora de camino el autobús paró a la entrada de un palacio jurídico de orden superior; el grupo bajó, la rampa para las maletas descendió hasta el nivel del suelo, permitiendo que el equipaje tomase formación en hilera justo detrás del grupo y, una vez concluida la alineación precisa, Jorge y Carlos bajaron también para colocarse al frente del personal y del aparejo.
Apenas unos minutos después vieron la altiva silueta de una Iris que se les aproximaba, morena, de ojos castaños, de frente ancha, de estatura baja para ser una Iris, pero con la autosuficiencia clásica de la clase.
-Hola. Vosotros debéis ser mis nuevos compañeros. Je je je , ya os iré conociendo a todos, cuando vaya sacando tiempo. Bienvenidos. Os ruego que no os asustéis demasiado con lo que iréis viendo, todos vosotros habéis traspasado los límites, así que os han asignado a modo compañero para que os eduquéis en campo. Resulta sencillo tratar las normas sin respeto, estoy convencida de que conmigo y con mis tareas aprenderéis a apreciarlas. 
La voz de la Iris denotaba fuerza y seguridad, pero también llevaba una fuerte carga de cinismo.
-Me llamo Iridia y para el que quiera hacer chistes de asociación de mi clase y mi nombre habrá consecuencias, así que no os lo aconsejo. Menos el compañero líder y su escolta podéis romper filas, confío plenamente en que está todo en orden. 
El grupo comenzó a subir al autobús y las maletas a subir de regreso por la rampa.
-Esto va a ser gracioso, Ivana hará de conductora auxiliar, no conviene tener un transporte dirigido unicamente por ordenador. ¿Verdad Jorge?- La mirada que acompañaba las palabras era fría, dura, demoledora.- Verás Jorge, hoy tenemos un pequeño trabajito para nosotros, vamos a ir a reserva genética. Me encantaría que te resultase horrible, pero para qué nos vamos a engañar, seguro que te encanta. Te encanta inmiscuirte en el sistema. El caso es que te sentarás delante, conmigo, Carlos y Javier irán detrás nuestro, te iré informando de las características del trabajo y serás observador de primera mano de la valía de un miembro Iris. Por mi parte preferiría que te diesen una pequeña paliza primero, pero resulta protocolariamente incorrecto. ¿Has estado atento a las instrucciones de protocolo? Seguro que no, seguro que tu mente ha estado divagando acerca de las ventajas de ver televisión o de jugar videojuegos, todos los compañeros sois iguales. No te preocupes, te lo repetiran convenientemente al menos una vez al día, todos los días tendrás tu lección teórica de civismo, hasta el fin de tu condena... ¡Ah! que tienes asignación de por vida... Huy, perdona, no lo recordaba. En fin, montemos en el autobús.
Jorge y Carlos subieron tras Iridia al autobus, la mujer esperó a que Jorge tomara el asiento de la ventanilla y se sentó a su lado. Las puertas se cerraron y el vehículo emprendió la marcha.
-Bueno, pelillos a la mar. -La mujer se colocó unos auriculares y Javier le proporcionó un pequeño portátil en el que podía ver cifras y mas cifras, asociadas a nombres de persona y figuras de moléculas.-Ahora a empaparse. No creo que te interese esta especialidad, así que no pienso darte muchas explicaciones, esto son personas, las cifras indican valores como potenciales, disponibilidad, estaturas, las moléculas son más interesantes, pero prefiero que lo veas cuando lleguemos.