viernes, 16 de diciembre de 2016

Nueva casa


Son las 7:00 del lunes del lunes 19 de Septiembre de Nueva Era. Se encuentra usted en su cubículo base en Vistabelinda en la ciudad de nuevo Magerit en Hispanorm, continente de Europia. En el día de hoy, de forma guíada, se duchará y desayunará en su cubículo; le rogamos preste atención a los hábitos saludables que forman parte del programa, es probable que en el futuro se le dé tiempo de ocio, adicional, para que realice estas taréas por sí mismo. La ropa elegida hoy para usted es un uniforme entrecolor aguamarína, por el momento todos los componentes de su grupo vestirán este color. Se le recuerda que tiene activación de por vida a modo compañero. Se le aconseja a usted que procure tener pensamientos positivos tanto en el ducha como en el desayuno para prepararse a su tiempo de ocio. Guárdese de tener aprehensión alguna, si su ritmo cardíaco o cualquiera de sus constantes vitales se ven comprometidas, el modo compañero se activará automáticamente y le dará diez minutos para cambiar su pauta mental. El día de hoy le ha sido asignado por completo como tiempo de libre, deberá sin embargo ordenar sus enseres y habituarse a su cubículo base, por lo que, aunque su cubículo base dispone de tv y videojuegos estos permanecerán desconectados, si puede elegir la programación y consultar sus manuales de instrucciones, seleccionar música para entrada en sueño y elegir voz de adiestramiento. Puede así mismo seleccionar la ropa que sus ayudantes vestirán mañana, instruirse en la biblioteca básica a su disposición y consultar otras disposiciones en la tableta que tiene en su escritorio. Le deseamos que tenga un buen día. Recuerde memorizar los hábitos de higiene recomendados. “Bueno, pués ya estoy despierto” Pensaba Jorge mientras su cuerpo se deslizaba de las sábanas, se quitaba el pijama y se dirigía a la ducha, no pensó mucho más, ya que se quedó mentalmente absorto mientras sus sentidos absorvían las sensaciones que le circunvalaban.

La habitación, que apenas había podido observar al acostarse la noche anterior, era algo mayor que su piso de rojo, de forma rectangular tenía la promesa de un acceso, cubierto por blancos visillos, a una terraza, un enorme escritorio, frente de la cama, al otro lado de la puerta al exterior, una enorme librería con una balda vacía, la puerta de salida del cubículo, donde aguardaban sus tres maletas, un baúl, un sillón con orejas y, en la misma pared de la cama, dos puertas . Tales eran las cosas que ahora, de día, al dirigirse a la puerta más cercana a la cama, veían sus ojos. “Parece que por fin voy a saber lo que es una bibliotéca” Pensaba mientras abría la puerta.

Al entrar en el baño se hubiese quedado de piedra, de haber podido; además del bidét, del sanitario propiamente dicho, de un lavabo y un plato de ducha, había una enorme bañera. Lo más impresionante, además del tamaño de la bañera, era la decoración: Las plaquetas del baño eran gris claro con bandas doradas antideslizantes, un gris claro azulado, bordeado por un rodapié completamente dorado, desde allí, los azulejos enormes, hasta la cenefa, tenían un entrelazado de hojas azules sobre un gris aún más claro, la cenefa del mismo dorado que el rodapié y las franjas del suelo, y de la cenefa al techo azulejos de un casi blanco. Deslumbrante todo para Jorge, mientras corría la mampara del plato de ducha, se agolpaban en su cabeza las estanterías y el mueble del lavabo simulando pino, la iluminación intensa, de base led, pero sobre todo, los dibujos iluminados y cambiantes, de formas y colores, de los cristales de la ventana exterior y de la propia mampara. Al entrar en la ducha tres barras doradas, comenzaron, en diversos puntos, a borbotear pequeños hilos de agua iluminada; su cuerpo cerró la mampara, su voz pronunció:

-Ducha convencional, treinta y siete grados.

Inmediatamente los chorros de agua se dispararon sobre su cuerpo en ondas de intensidad que variaban rápidamente desde la cabeza a los pies y la voz de su cabeza aclaraba:

-Observe la estructura gramatical al elegir el programa de ducha, primero el tipo de ducha y luego la temperatura base, opcional después programa de luces, es posible elegir programas por número, para su facilidad de uso, puede invocar este programa “ducha convencional, treinta y siete grados” cómo “programa básico” o cómo “programa uno”, tiene alternativas explicadas en su tableta. Se le recuerda que debe tener pensamientos proactivos para su entrada exitosa en el tiempo de ocio.

Tras la ducha las tres barras doradas comenzaron a expulsar aire templado.

-No debe preocuparse, no habrá ningún problema con los chorros de aire; el chip natal indica la posición de su boca con respecto a los mismos, basta con colocar la nuca frente a la barra central para que se dé prioridad al secado del cabello. Se le recuerda que debe tener pensamientos proactivos para su entrada exitosa en el tiempo de ocio.

“Proactivos” “Pensamientos proactivos es lo que me va a sobrar para disfrutar de mi tiempo de ocio”

El cuerpo de Jorge salió del baño ataviado con un suave y mullido albornoz, calzado con unas pantuflas recogió la ropa que había dejado sobre la cama al levantarse y la colocó en un canasto entre la puerta del baño y la adyacente, entró por esta última.

Una pequeña cocina, con pequeños electrodomésticos, con un armario alargado para limpieza, con otros bajo una encimera y un pequeño taburete, dieron, a pesar de ser insólitos en la idea que Jorge tenía de “casa”, un pequeño respiro en su cabeza, ya que además de ser todo blanco, sin lujos, la pequeñez, adecuada a su individualidad, le extrañó sobremanera: estaba acostumbrado a las cocinas y comedores comunitarios de los rojos.

-”Una dieta adecuada contiene en el desayuno: lácteos, frutos secos, algo de fruta, cereales…”

“¡Me voy a poner las botas!” Pensaba Jorge.

Su cuerpo cogió de los armarios unas diminutas bolsitas de colores dispares con letras enormes, también otras bolsitas con franjas negras y blancas del frigorífico.

“Cuatro bolsitas en total, bueno no es tanto, son pequeñas.”

Al abrir las bolsas sobre una bandeja con cuatro departamentos vió que tenía ante sí cacahuetes, gajos de naranja, una pequeña cuña de queso y unos cuantos copos indeterminados. Abriendo un cajón cogió una cucharilla y procedió a la ingesta.

-“Su tiempo de ocio comenzará en 15 segundos, 14, 13, 12, 11, 10, 9”

-”Calma, sobre todo calma, que no me venza la euforia”

-”3, 2, 1”

-¡Sii!

-”Ritmo cardiaco en alza, alarma en 3, 2, 1”

-Respira, respira...

-”Alerta, Tiempo de ocio suspendido, reintegrando constantes vitales. Constantes vitales reintegradas, se aconseja tener pensamientos proactivos para su reentrada exitosa en el tiempo de ocio. Reentrada en diez minutos”.

-”Dios y tengo todo un día para estar aquí”

Al reintegrarse al tiempo de ocio, lo primero que hizo fué ir a la terraza, y lo segundo quedar en la entrada de la misma otra vez en modo compañero, sin poder moverse, pero con unas vistas increíbles a los jardines del palacete. La terraza tenía unos cinco metros de largo y, aunque desde la barandilla hasta el techo que conformaba la terraza de arriba tenía un enrejado, este enrejado era fino y dejaba la vista clara de una mañana admirable. Los diez minutos de las vistas, del aire fresco, de la sensación de libertad de la amplitud, aún inmovilizado cómo estaba, fueron suficientes para las primeras tres horas de disfrute de su cubículo. Se dedicó en ellas a retozar sobre las sábanas de algodón, a jugar con los visillos, a darse una segunda ducha, a recorrer con las manos las superficies de los muebles. Primero los del baño, después los de la cocina, mirando las bolsitas con sus letras: manzana, plátano, avellanas, leche, avena, trigo inflado, arroz… Había otras mayores: Tomate, lechuga, ternera, cerdo, pollo… y otras más pequeñas aún: orégano, pimienta, sal…

-”Se le recomienda haga una pequeña ingesta”

-¡Mira, en eso estaba! Creo que voy a probar la manzana y el plátano.

-”Recuerde que debe ordenar sus objetos personales”

-¡Si, claro! Pero déjeme comer primero.

Y entonces se acercó a la librería, “la biblioteca”, y allí estaban: libros y más libros, una balda entera de literatura, otra de libros técnicos de programación, otra de ciencias matemáticas, otra de ciencias de la naturaleza… ¡Biología! ¡Medicina!

-”Alerta, Tiempo de ocio suspendido, reintegrando constantes vitales. Constantes vitales reintegradas, se aconseja tener pensamientos proactivos para su reentrada exitosa en el tiempo de ocio. Reentrada en diez minutos”.

A lo largo del resto del día, además de comer, colocó sus agendas, sus libros, la ropa, en el armario del cuarto de baño… y disfrutó, disfrutó como nunca antes recordaba haber disfrutado.



Comenzaba a anochecer cuando, tumbado en la cama y bastante agotado, comenzó a remembrar la conversación con Iridia. Casi todo había comenzado con preguntas del miembro Iris a su persona y por supuesto a sus respuestas, parecía que Iridia estaba interesada en cada pequeño aspecto de su biografía, después prosiguió con preguntas sobre su entorno inmediato, pero cuando a ella realmente le brillaron los ojos fué cuando indagaba entre cada sorbo de información sobre aquél “amarillo” que le proporcionase en el pasado tantos libros. Apenas había podido ofrecerle algo más que la disposición de aquella casa, el tono de voz, palabras sueltas en un escaso diálogo… Ni siquiera podía decirle la dirección o la fecha exacta de aquella visita. Los libros, aquellos libros, sus libros estaban a disposición judicial, simplemente los había perdido, pudo sin embargo proporcionar sus títulos, algunas de las notas tomadas al margen, el contenido general. Iridia cambió el tema de sus pesquisas un par de veces, preguntó por su época escolar, por los contenidos de la misma, por sus profesores en primaria, tan solo para regresar al tanto al mismo punto, repitiendo incluso las cuestiones literalmente. El buda, el sonido del agua que surgía en pequeños hilillos cercando su figura y el fresco olor de aquella vegetación, parecían envolver su fragilidad, la fragilidad de su asiento y de la mesita que le separaba de la mujer, un sentimiento de que un ente más sólido estaba dispuesto a aguardar toda una eternidad para acogerle entre sus brazos hizo presa en el. Se había volcado, literalmente, en intentar satisfacer la curiosidad del miembro Iris. Ahora, tras las largas horas de disfrute, de olvido del significado de la palabra “condena”, un leve sabor amargo hizo presencia en su boca: pensamientos y emociones de reticencia hacia la enorme suerte que parecía haber hecho presencia en su vida, dudas sobre permanencia de la misma y un leve sentimiento de culpabilidad por haber hablado tan abiertamente sobre la persona de aquel “amarillo” con una completa desconocida hicieron una presencia consistente que le estropeó lo que quedaba de su tiempo de ocio. 



Casi compungido, por el choque de emociones, trató inútilmente de centrar su atención en un voluminoso tomo de literatura del estante superior. Cuando llegó la hora de dormir sabía que no tendría buena noche, su cuerpo sería lo único que podría sobrepasar la incertidumbre de su suerte.

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